martes, 16 de diciembre de 2008

Perdido en tus hombros

Estiro mis brazos alrededor de tu cuello, para protegerte de peligros inexistentes. Escribo la novela inacabable de dialogos sin sonidos, de miradas de soslayo, y aguardo que vos empieces, que seas la primera en decir lo que se degrada en mi saliva cada vez que te veo, que te tengo a mi lado

2 comentarios:

La Rubia dijo...

Muchas veces nuestros gestos cobran más valor que todo cuanto podamos decir. Sé de un pequeño hombrecito capaz de atravesar todo tipo de adversidades a fin de estar cerca de su bella bailarina, acto más que heroico en el que no utilizó ni sus brazos, ni una gota de saliva… Tal vez haciendo un buen acopio de esta para fines más interesantes en el encuentro con su amada.

Thelma dijo...

¿Qué pasó con Pablo q ya no escribe? NO ME DIGAN QUE SE ANIMÓ!!!! ... o se cansó de no animarse?