martes, 16 de septiembre de 2008

Cap.IV: En una discoteca, pub o boliche

Estoy medio alegre, si, me voy a animar, que mierda. Empiezo por plantearme objetivos honestos para mi condición. Si bailo con una chica termino la noche con saldo positivo. Si me la llego a tranzar, digamos que es una azarosa madrugada en miles, que dará una ganancia inédita, saldo excesivo. ¿Algo más? No, no creo, aunque ella tomara la inciativa, no tengo con que cuidarme, y ni en pedo (mas de lo que estoy) me meto en el kiosco a pedir forros.
Pensemos la estrategia, a ver si puedo sacar una estadística "a ojo". Acá habra 50% hombres y 50% mujeres aprox. Los de seguridad se encargan bien de que no haya superavit de un genero. De esa mitad, el 80% estará alegre y desinhibido, con lo cual irá a encarar a una minita, del otro 20% que no toma, el 99% ya tiene chamuyo natural asi que irá por lo mismo, un 1% serán timoratos como yo que vinieron solo para hacer el aguante, y estando sobrios, se quedarán acostados sobre una columna bostezando y mirando el reloj. Entonces, de principio, tengo al 0.5% del boliche por debajo de mis posibilidades (o el 1% de los hombres). Los que tienen chamuyo natural ganan seguro, aunque mas no sea pasar la noche charlando, lo que baja el nivel de mujeres disponibles. El mareo me hizo perder las estadísticas. De las que quedan, algunas solo querran bailar con sus amigas (creo que la mayoría) y solo un infimo porcentaje estará abierta a aguantarse un parloteo imperfecto y resbaloso, siempre y cuando tenga gracia. Eso implica que no puedo ir, medio borracho, a preguntarle idioteces como su signo, sus lugares habituales, su barrio o su edad. Debe ser algo original, innovador. Lo mas efectivo sería sacarla a bailar, pero al toque sabria que un tronco petrificado de arrayanes tiene mas gracia que yo, si es muy ductil me dirá que va al baño (a ellas no les importa que ya sepamos que ese latiguillo es solo el artilugio para quitarnos de encima). Ya no puedo esperar los lentos, nadie los pasa. La otra es dejar lo pies quietos y mover un poco la cadera. Y bailar sueltos pero al menos preguntarle algo. A ver, intento con aquella, hay, que nervios, uff, estoy transpirando, que le digo, que le digo!! Coraje Pablo, vamos que vos podes, uy, estoy temblando:
-Bailas?
-Dale!
Estoy sudando, que nervios, me duele el estomago, uy, me baja todo junto, que revoltijo, no aguanto:
-Me disculpas que voy al baño? Ya vengo. (Casi la logro, de cualquier manera, tambien fue prevención, seguro que me decia lo mismo ella un rato despues, tomaa!)

1 comentario:

p dijo...

bueno, ya es un avance. hablar con el sexo opuesto.
quizás si lo pensás como complementario te resulta menos intimidante...